Nos reunimos en la Biblioteca el viernes 30 de Julio, a pesar de la lluvia...
Las circunstancias quisieron que iniciara una charla de "Agroecología ", en el piso superior, que continuó Andrea Girardini de la ONG" Semillas al viento".
Luego, en el salón de abajo, ya con los convocados. iniciamos una meditación profunda, simultánea de huerta orgánica, con la temática de Brasil : Un país hermano, muy querido.
Respetando a su pueblo íntegramente, desde sus raíces aborígenes, su biodiversidad, y su selva amazónica.
Narré mi experiencia de un viaje al Amazonas. Navegar por ese Río, cuyas márgenes se pierden en un horizonte de luz. Vivir el silencio, o mejor dicho el sonido del motor del barco y al acercarnos a una de sus margenes recibir el saludo de una garza o el alarido de un monito.
El Hotel Ariau está construido en la canopia más alta de los árboles, donde solo llegan los monos, las aves y algunos humanos.
Vivimos natural y ecológicamente durante 5 días, entre lluvias, danzas aborígenes, y visitas a la selva, sin televisión,Internet, ni teléfono... Una experiencia única de estar integrados con la naturaleza sin chips tecnológicos. Comida orgánica, jugos naturales, agua prístina ... los delfines pigmeos rosados del amazonas.
Por la noche, viajamos en la oscuridad, más negra hasta un poblado aborigen, iluminado por dos antorchas, maracas y tambores, cerveza elaborada por sus manos, también bailamos junto a ellos y cantamos. Al volver en nuestra canoa verde, nos recibía la Vía Láctea, las estrellas parecían acercarse a nuestras manos.
Sobrevivir en condiciones dignas nos remota a un grado de felicidad, difícil de compartir con otros seres.
Tomy, dibujó una selva con un hermoso Jaguareté , al pié de un árbol gigante.
Guadalupe, dibujó una selva con estrellas, que se tocan con la mano y flores.
Petri, brazos del Amazonas con su flora y fauna.
Y cada uno sintíó que ese país nos abrazaba .
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