Queridos amigos, lectores, clientes y colegas
La vida
en estos días es como un caudaloso río de montaña, por momentos calmo, y de
pronto, en un recodo, todo cambia, acelera sobre pendientes pronunciadas,
creando saltos y desniveles que alteran la perspectiva del paisaje. Y como la
vida, el río tiene su música, crece cuando la lluvia u otras vertientes lo
alimentan, pero por sobre todo, no se detiene…
Diciembre
es un mes caótico, no tanto por la intensidad de las actividades, que también
influye, sino por los saltos permanentes del corazón y la cabeza, entre el
pasado, el presente y el futuro. ¿No les pasa igual? En esta última quincena del año se combinan
la ansiedad por dejar en orden la “estantería” con la ilusión de estrenar la
agenda del 2014.
Este
año trajo oportunidades y desafíos: mayores responsabilidades laborales que implicaron
dedicación y preparación extra. En ese marco empecé y terminé un postgrado en Desarrollar y Liderar el
Talento en las Organizaciones, un tema candente que desvela a más de un
ejecutivo.
Este año tanto la consultoría, como
la docencia estuvieron centradas en la evaluación y desarrollo de capacidades
de liderazgo y liderazgo creativo. Es un tema apasionante, en el que trabajo
desde hace muchos años en tres escenarios muy distintos e igualmente
fascinantes: las empresas, asociaciones empresarias e instituciones educativas.
A nivel individual sigo trabajando en Personal Management; un método propio,
similar al coaching, que hace foco en fortalecer y aplicar el talento creativo
y de liderazgo, para alcanzar las metas deseadas. También la vida familiar fue
intensa sumando nacimientos, bautismos y casamiento y el dinamismo imparable de
vidas, en todas sus edades, que se van desplegando y dejando huella. Emociones
no faltaron por cierto.
Espero que
estén cerrando muy bien el año. Quiero desearles lo mejor; que cada uno alcance
lo mejor de sus sueños, con lo mejor de sus decisiones, inspiradas en lo mejor
de sus personas.
Felices
Fiestas y un abrazo enorme.
Alejandra
Los
extrañé!
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News 44
La Alegría posible
Por Alejandra Benitez
A medida que escribía la apretada
síntesis de lo que fue mi año, pensaba, van a creer que vivo en una burbuja. Y
sería esperable que alguno pensara: acaso
no te dás cuenta de lo que pasa alrededor…
entonces, cómo podés hablar de la alegría…Por supuesto que se me
encoge el corazón ante tantos actos de irracionalidad, corrupción e ignorancia
que se podrían evitar…
Es por eso que escribo, porque
creo que la alegría individual y social es una asignatura pendiente. Estamos
más acostumbrados a pensar a partir de la decepción y la tristeza que en clave
de alegría. La cadena de males se retroalimenta…
¿Qué es la alegría?
La alegría [1] es
una emoción,…, es un estado interior fresco y luminoso, generador de bienestar
general, de altos niveles de energía y de una poderosa disposición a la acción
constructiva,…, se revela en la apariencia, el
lenguaje, las decisiones y los actos… Y subrayaría: es contagiosa.
La alegría está dentro de cada
uno de nosotros. Proviene de la convicción de ser amado pero también nace de
apreciar el don de la propia vida, de percibir los dones y regalos que
recibimos cada día, esos pequeños gestos capaces de cambiar el ánimo o arrancar
una sonrisa. La alegría ilumina los pesares y los errores, revelando la
oportunidad de aprender de ellos. Nace de un reconocerse valioso, y de la
decisión de hacer de la vida una aventura maravillosa.
No se me escapa que no es fácil
convivir con las contradicciones internas o cotidianas, con el dolor o la
injusticia, con las malas decisiones que entorpecen nuestro camino. Pero la
alegría para estos casos opera como punto de anclaje que nos da la seguridad
suficiente y la distancia necesaria para ver las alternativas y elegir lo que
es mejor.
En el relato de Chris Lowney[2] sobre
el liderazgo de los jesuitas, destaca un concepto en la formación de los
futuros monjes, se trata de la “indiferencia”. ¿Indiferencia? ¿No es lo que
sobra? Pero a lo que se refiere es a algo distinto, a una disposición a mantener una saludable distancia de los
impulsos, sentimientos, ego y de todo aquello que pueda perturbar la naturaleza
de las metas y las estrategias para lograrlas.
Me pareció un consejo de orden práctico que también puede ayudar a
fortalecer la alegría.
Dónde habita la alegría
Hace unos días se premiaron[3] a 8
personas, “abanderados solidarios”, por su trabajo desinteresado, apasionado y perseverante
dedicado a subsanar carencias de otros hermanos en distintos puntos del país.
Personas comunes, que irradiaban alegría por haber permanecido fieles a su
sueño a pesar de las dificultades y porque seguían apostando al futuro. También
en los videos, que describían cada proyecto, estaban presentes la alegría y el
agradecimiento de quienes supieron recibir y hacer fructificar lo que les
ofrecían. La alegría genera su círculo virtuoso.
Quedé muy impresionada por los
testimonios de los protagonistas y de todos ellos surgían rasgos coincidentes
de un liderazgo transformador y efectivo: piensan en positivo, son alegres y
entusiastas, apuntan a solucionar de modo permanente una necesidad real,
sienten un amor profundo por las personas necesitadas y creen en su potencial,
cuentan con fortaleza y lucidez, se apoyan en un equipo con el cual sueñan y
luchan por conseguir lo que se propusieron, la mayoría mantiene su ego a raya.
No son perfectos, pero la calidad de sus ideales y su dedicación superan en mucho
sus naturales falencias.
Lo que pasa en nuestro pequeño
mundo familiar o laboral, así como lo que nos pasa afuera, como sociedad, es el
fiel reflejo de las decisiones que tomamos cada día con los que nos rodean, y
con los que están más lejos de nuestras preocupaciones y afectos. Es bueno
recordar que cuando las decisiones afectan positivamente a otros, estos se
sienten que pueden, que tienen una oportunidad para salir de donde están, que
valen la pena, que son personas como los demás. Las decisiones con
consecuencias negativas producen todo lo contrario. Por eso no debemos olvidar
que las decisiones de cada uno, por
pequeñas que sean, tienen consecuencias
que afectan nuestra vida y la de los
demás.
Si esto es así, me da miedo
preguntarme/les si la melancolía tan propia de nuestra sociedad no es el
resultado de decisiones que no tienen en cuenta al otro… Es un camino que
seguimos recorriendo sin conciencia de las consecuencias…
Pienso y siento que tenemos la
necesidad individual, y como sociedad, de recuperar
en lo más profundo de cada uno la alegría y un orden de prioridades, una
mirada que nos permita reconciliar lo
que somos con lo que podemos ser.
La alegría de la Navidad
La Navidad es fundamento para
muchos de esta alegría, porque renueva el misterio de la venida de un Niño que
encarna la fragilidad humana y la manifiesta en su grandeza. El es el Amor sin límites que nos da identidad,
fortaleza y nos llena de esperanza.
Me gustaría invitarlos a
detenerse, en estos días, a hacerse un espacio para contemplar el pesebre,
aunque no sean creyentes. Desde sus creencias traten de descifrar los mensajes
contenidos en la escena. A mi me emociona pensar en la pobreza de los
personajes y cómo lo que son en realidad se va develando a partir de la presencia
de los pastores y los reyes magos. Pero no es lo único, toda la creación está
presente y ocupa su lugar; cada personaje, cada cosa adquiere su sentido, un
sentido que vence al tiempo y a la geografía. Si quieren me escriben y me
cuenta…
Deseo navideño
Mi deseo navideño es que
trabajemos para fortalecer la conciencia de ser valiosos y amados; que este
sentimiento alimente una alegría profunda, creadora de oportunidades. Que se
afiance la convicción que modificar el rumbo y esto que “nos sucede”, como sociedad
y como país, depende de nosotros; que elijamos tomar decisiones con
consecuencias positivas para los demás.
Admitir que hay algo más para
hacer, que en parte depende de cada uno, abre una puerta al cambio y a la
esperanza.
Que el Señor nos regale un corazón alegre y
abierto a profundizar el sentido de nuestra vida y su impacto en los demás. Que
podamos reconocer cada día la oportunidad, que depende de nosotros para
existir, y que vivenciemos el poder transformador del amor entregado.
Feliz
Navidad y un 2014 alegre y bendecido.
¡Felices
Fiestas, buen descanso y hasta el año que viene!
Alejandra
Diciembre,
2013
Alejandra
Benitez. Especialista en Liderazgo, Creatividad y Desarrollo
profesional.
Directora
de abCreativa. Consultoria y Capacitación.
www.abcreativa.com.ar @abcreativaLid
abcreativa@gmail.com [54 11] 4791 5332 Celular
156-549-9100
Facilitamos
procesos de crecimiento e innovación para organizaciones, empresas e
individuos. Nuestro compromiso es con la gente, con la innovación y con el
futuro
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